Marcha Federal Universitaria en Concordia

Más de un millar de personas acompañaron el 23 de abril de 2024 a los estudiantes, docentes, nodocentes y graduados en el reclamo que llevaron adelante las Universidades Nacionales con sede en Concordia, en defensa de la educación pública, la ciencia y el sistema universitario nacional.

Estuvieron presentes delegaciones de todas las universidades públicas, como UTN, UADER, UNER, además de algunas instituciones de formación terciaria. En lo que respecta a universitarios con identificación política, se pudo ver carteles de la Juventud Universitaria Peronista y de Franja Morada (UCR).

También hicieron notar su presencia gremios como la UOCRA, la UOEMC (Unión de Obreros y Empleados Municipales), ATE, CTA y AGMER.

Ante la multitudinaria convocatoria en defensa de la educación pública, se leyó el texto que aglutina la visión conjunta de la comunidad educativa argentina. El documento lleva la firma del Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y reza lo siguiente:

“La Universidad Pública argentina atraviesa un período crítico producido como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional; agradecemos las manifestaciones de la sociedad en apoyo y convocamos a la ciudadanía a trabajar para mantener las universidades abiertas haciendo docencia, investigación y extensión. Las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, de la producción y de los lazos sociales.

Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en los denominados gastos de funcionamiento; la partida que mes a mes el Poder Ejecutivo envía a las Universidades para que puedan funcionar (mantener edificios, realizar obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar el desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos de investigación, servicios básicos, alquileres, seguros y la protección de sus sedes.

En función de los cálculos referidos, el sistema nacional público del tercer nivel“llega a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022”. El reciente anuncio de incremento anunciado en el marco de esta convocatoria de un incremento para gastos del 70% es absolutamente insuficiente.

Además el Programa Nacional de Infraestructura Universitaria, que habilitaba la posibilidad de desarrollar la infraestructura incorporando obras que por su envergadura es imposible afrontar con propio presupuesto, se encuentran paralizadas y no hay certezas ni información respecto de su continuidad.

Más del 90% de lo que el Estado destina a la Educación Superior está dirigido a salarios de quienes trabajan como docentes y no docentes en las universidades.

En estos últimos meses, el salario de las trabajadoras y trabajadores ha perdido 50% respecto de la inflación. Este deterioro salarial se hermana con el del resto de sectores del mundo del trabajo. Ello lleva a retomar consignas de hace más de 20 años: ¡Ningún trabajador o trabajadora por debajo de la línea de pobreza”.

Reivindicamos los Convenios Colectivos sectoriales -docentes y no docentes- y el espacio paritario nacional con participación plena del Gobierno Nacional, quien hasta ahora malversa su participación, imponiendo aumentos paupérrimos de manera unilatera.

Así se cancela de hecho la negociación colectiva, pilar del diálogo social, y uno de los principios y derechos fundamentales del trabajo reconocidos por la OIT.

Exigimos paritarias libres, sin techos, para garantizar salarios acordes a la situación inflacionaria y que permitan recuperar con urgencia lo que se ha perdido. Sin salarios dignos de docentes y no docentes, la universidad pública es inviable. También es indispensable que se mejore de manera urgente la situación de las jubiladas y jubilados que atraviesan un período de pérdida salarial más grave que la del 2001; que se restituya inmediatamente el FONID al nivel preuniversitario, y de los niveles de la educación obligatorios y del terciario.

Se rechaza la política de ajuste y disciplinamiento. La comunidad universitaria se organiza, resiste y se solidariza con todos los sectores que hoy atraviesan una situación similar o peor por afrontar despidos masivos.

La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad. Defender esta concepción de la educación es de vital importancia y, más aún, en una universidad argentina en la que sus estudiantes se enfrentan al aumento generalizado de precios que impacta sobre salarios, servicios, alquiler y transporte, poniéndose en jaque el acceso, la permanencia y el egreso de la universidad. Las y los estudiantes trabajan y cuidan sus familias.

Las políticas de becas son fundamentales para democratizar; sin embargo, su recorte es alarmante: tanto así, que al retraso respecto de la inflación que sufren las Becas Progresar y Manuel Belgrano se le suman recortes en términos de montos, requisitos y periodo de inscripción.

Estas decisiones del Gobierno Nacional hacen que el desguace sobre las herramientas conquistadas sea prácticamente total. Hoy las Universidades carecen del presupuesto suficiente para sostener becas propias. Se necesitan presupuesto y políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar. Ante esto, asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la educación a las grandes mayorías.

No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la Universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos”.

Los sectores científico-tecnológicos y de investigación nacionales atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia. A través de las universidades y centros de investigación distribuidos federalmente, la Argentina se ha caracterizado por ser una referencia de ciencia y tecnología en el mundo entero, dotando de desarrollos de punta y profesionales de excelencia al sector público y privado.

Hoy, desde el Gobierno, nuestras científicas y científicos son desprestigiados respecto de la calidad de sus trabajos, cuestionados respecto del valor que la ciencia y la tecnología tienen para el desarrollo nacional y privados del reconocimiento que poseen sus arduas labores, muchas veces de dedicación exclusiva. La ciencia y la tecnología forman parte de la Universidad Pública ya que la investigación es uno de sus pilares.

Muchas investigadoras e investigadores no llegan a fin de mes y carecen de información cierta sobre la posibilidad de continuar con sus proyectos por los recortes en Conicet, así como en Institutos dependientes de las Universidades. La ciencia y tecnología son aspectos sustanciales de la producción de soberanía, desarrollo y progreso.

Un país que no invierte en ciencia, renuncia a su soberanía”, enfatiza el documento y subraya que “el desfinanciamiento de la universidad y el sistema científico va en desmedro de los declamados objetivos de lograr el crecimiento económico.

Es un retroceso para la economía del país que puede tener en las exportaciones basadas en la economía del conocimiento un sustento significativo. Gracias a su sistema universitario y científico, Argentina es el primer país de América Latina en I+D+I. Aquí se fabricó uno de los diez reactores de energía más importantes del mundo. Entre 2018 y 2022, la producción de software generó 19.500 millones de dólares. Más de 100 nuevas empresas en biotecnología han puesto al país también en el primer puesto de América Latina.

Gracias a la investigación aeroespacial en la Universidad Pública, Argentina es uno de los diez países que tiene capacidad para diseñar y producir satélites. Defendemos el acceso a la educación superior pública como un derecho”

Creemos en la capacidad igualadora de la educación pública y gratuita, en el poder transformador de la Universidad como formidable herramienta de movilidad social ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción científica hace en la sociedad del conocimiento. Todos los problemas que tenemos se resuelven con más educación y Universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología.

Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que le permita a la Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la soberanía. La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la sociedad Argentina a defenderla”.