El enfoque de la perspectiva de género

La Comisión Integral para la Convivencia Responsable de nuestra Facultad preparó un artículo, en el Mes de la Mujer, con reflexiones sobre la perspectiva de género.

Entendiendo que el sistema universitario debe promover una formación profesional basada en el respeto y ejercicio pleno de los derechos humanos; la Universidad Tecnológica Nacional Regional Concordia desarrolla, a través de la Comisión Integral para la Convivencia Responsable programas y acciones con el fin de sensibilizar y concientizar a la comunidad educativa sobre discapacidad, derechos humanos y género.

En esta oportunidad ponemos énfasis en el reconocimiento de la perspectiva de género como dimensión transversal de las políticas y prácticas institucionales y en la generación de condiciones que contribuyan a desnaturalizar la discriminación y violencia de género y visibilizarla como un problema social que afecta derechos humanos fundamentales.

La defensa de una sociedad con igualdad de oportunidades se logra en principio reflexionando de manera crítica sobre sus comportamientos y convicciones. La propuesta de hoy es acercarnos a algunas de las conceptualizaciones.

El enfoque de género observa la desigualdad sexo-genérica como uno de los componentes de estructuración de la sociedad en su conjunto, a la vez que esta desigualdad tiene que ver con cuestiones de poder y de jerarquías. El concepto de género incluye distintos posicionamientos que se fueron enriqueciendo con los años. Antes de los estudios de género existieron los estudios de la mujer en los ámbitos académicos y existió el feminismo como movimiento social. Pero, resaltamos que aunque el término género se visibiliza con los movimientos, hablar de género y hablar de estudios de género viene del campo de las ciencias, es decir, cuando hablamos de género, estamos hablando de ciencia y también estamos hablando de un quehacer político ya que cuando se estudia género se busca ampliar derechos y jerarquizar las diferencias. Esta perspectiva implica, entre otras cosas, reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente, que son constitutivas de las personas y que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan.

Como sabemos el sexo es entendido como las características corporales con las que nacemos, a partir de ese momento también se nos designa una cantidad de roles, expectativas, deseos, anhelos, prohibiciones e imposibles, a veces, de derechos. Las construcciones sociales y las identidades que vamos asumiendo muchas veces condicen con ese sexo designado al momento de nacer y muchas veces no.

La teoría de género viene a desarticular supuestos para lograr mayor igualdad y en nuestro caso para generar espacios educativos realmente inclusivos.

Citando los Objetivos del Desarrollo Sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 5° objetivo se centra en la Igualdad de Género: poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible. Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial. El PNUD le ha otorgado a la igualdad de género un lugar central en su trabajo y hemos visto un progreso notable en los últimos 20 años.
Pero, aunque hay más mujeres que nunca en el mercado laboral, todavía hay grandes desigualdades en algunas regiones, y sistemáticamente a las mujeres se les niegan los mismos derechos laborales que tienen los hombres. La violencia y la explotación sexual, la división desigual del trabajo no remunerado -tanto doméstico como en el cuidado de otras personas- y la discriminación en la toma de decisiones en el ámbito público son grandes obstáculos que aún persisten.

Se consideran a estas temáticas de perspectiva de género como una de las revoluciones de la época porque es un desarrollo desde lo vivencial y desde lo teórico novedoso, por lo tanto, estamos transitando nuevos glosarios. Cada terminología está afianzándose por un lado y cuestionándose por otro, pero ya no se cuestiona para volver atrás, para borrar lo que se ha avanzado, sino para profundizar, sumar dimensiones y ampliar hacia lo que se revela día a día.

Estudiar en términos de género es ponerse unas lentes específicas para analizar. Por ejemplo; no es lo mismo ver una estadística con perspectiva de género que verla sin perspectiva de género: si analizamos cuántos varones, cuántas mujeres, cuántas diversidades asisten a una determinada carrera, por ejemplo Ingeniería, ese número puede decirnos que la mayoría de los cargos jerárquicos en Ingeniería son masculinos: esa información no dice mucho. Si lo analizamos con perspectiva de género, vamos a pensar que hay relaciones desiguales de poder, barreras desde el acceso, desde las cuestiones más micro hasta llegar a barreras mucho más grandes. Cuando hablamos de género también hablamos de una dimensión ética, hablamos de discriminación basada en las características de género que tengamos las personas, es decir, no es lo mismo en términos de acceso a los derechos.

¿Por qué es necesario desarrollar políticas con perspectiva de géneros?

En primer lugar para no generar exclusión, esto implica preguntarnos en cada acción que desarrollemos que impactos diferenciales va a tener sobre uno u otro género. Si nosotros pensamos que hay una igualdad de base no vamos a generar políticas destinadas a la igualación. Ponerse las lentes de género tienen que ver con un esquema de percepciones y un compromiso en ampliar las oportunidades y ampliar la inclusión para aquellas personas que se encuentran por razones sexo genéricas en una relación y en una situación de subalternidad, subalternización.
En este camino, se ha llegado así a la conclusión de que la meta de la igualdad no se alcanzará mientras las mujeres no posean autonomía en todos los ámbitos. La autonomía es definida como “el grado de libertad que una mujer tiene para poder actuar de acuerdo con su elección y no con la de otros. En ese sentido, existe una estrecha relación entre la adquisición de autonomía de las mujeres y los espacios de poder que puedan instituir, tanto individual como colectivamente” (Naciones Unidas, 2005).

Lic. Laura Gervasi

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Nuestras líneas de acción son:

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Lic. Elizabeth Guibaudo
Lic. Laura Gervasi
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