La UTN Concordia se ha sumado recientemente a la campaña de colocación de Bancos Rojos, a partir de la propuesta de su “Comisión de Género, Discapacidad y Derechos Humanos”. En esta primera instancia, también estuvieron colaborando con la actividad el Área de Juventudes de la Municipalidad de Concordia e integrantes del Centro de Estudiantes de nuestra Regional.
Esta iniciativa a nivel nacional e internacional busca generar conciencia en todas las sociedades, como una manera de sensibilizar aún más sobre los femicidios y problemática de la violencia de género para lograr definitivamente que este flagelo pueda ser minimizado y finalmente desterrado en el corto plazo.
Hay bancos instalados en diferentes provincias y UTN Concordia se suma a esta iniciativa, que también tiene a otras regional tecnológicas como Córdoba, La Plata, Chubut y Delta. “Es más que un homenaje o recordatorio, su colocación es la última instancia de un camino más profundo”, comentan desde la Comisión.
El “Banco Rojo” se encontrará ubicado en el centro del hall de la Facultad. Desde la Comisión se invita a la comunidad de UTN Concordia a participar de la Campaña, eligiendo la leyenda que quedará plasmada en el banco completando el siguiente formulario: Leyendas para el Banco Rojo de la UTN Concordia.
EL ORIGEN DE LOS BANCOS ROJOS
Tina Magenta es la gestora de transformar los bancos rojos como una manera de sensibilizar sobre los femicidios y problemática de la violencia de género. Se trata de una campaña que nació en Lomello, una pequeña ciudad del noroeste de Italia. Magenta inaugura el primer banco rojo en 2016, en la avenida Piazza della Repubblica, una de las arterias principales de su ciudad.
Un año más tarde Elisa Mottini, especialista en violencia familiar, conoce el proyecto de Magenta (nombrado Panchina Rossa) y decide coordinar la Campaña del Banco Rojo en Argentina. En noviembre de 2017, Mottini inaugura el primer banco rojo en Argentina en el Hospital Álvarez, en Flores, donde desde hace más de 10 años integra el Comité de Violencia, que asiste a mujeres que están transitando o saliendo de situaciones de violencia familiar. Trabaja junto a los padres de Wanda Taddei, asesinada por el ex baterista del grupo “Callejeros”, en uno de los crímenes a partir de los que la prensa empezó a hablar con frecuencia de “femicidio” y se visualizó la problemática de la violencia de género en el país en la primera década de los 2000.